El cambio de horario de verano moderno fue propuesto por primera vez por Benjamin Franklin y posteriormente, en 1907, por William Willett. Se empleó ampliamente por primera vez en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, para ahorrar carbón.
A pesar de las controversias, muchos países lo vienen empleando desde entonces. Los detalles difieren dependiendo del país y son modificados a veces.
Por otra parte, los cambios de horario dificultan la percepción del tiempo y pueden causar problemas de sueño a las personas, así como trastocar reuniones, viajes, facturación de equipaje, el mantenimiento de registros, dispositivos médicos y el uso de maquinaria pesada.
Muchos sistemas dirigidos por computadoras son capaces de ajustar sus relojes automáticamente, pero se llegan a producir errores, sobre todo cuando las reglas del horario de verano cambian.
El cambio de horario me afecta de forma mas notoria cuando se trata de mi hora de dormir ya que pierdo la noción de el tiempo y me duermo mas tarde.
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